eso es lo que necesito
sin promesas ni esperanzas
solo una mirada de una noche
y caricias de aprendiz.
Solo un beso por besar
sin paciencia, sin respiro
arrancándome los labios
dejándolos vacíos
justo igual que como empezaron…
Tócame por donde antes me tocaron
en los lugares donde sentía algo
respira en mi cuello
recorre mis manos
imita el tacto del que antes me quiso.
Ahora solo adiós
eso es lo que necesito
sin promesas ni esperanzas
solo una mirada
y en ella la última caricia.
Hola a todos y sean cálidamente recibidos a este espacio,
Mi nombre es Alexandra, soy estudiante de Comunicación en mi ciudad natal, Santiago, República Dominicana. Me encantan las artes, sobre todo las escénicas, como el baile y el teatro, la escritura es mas bien un reflejo de lo que sucede por esos lados. Espero que disfruten todo lo que aquí se escriba, que se sientan en algún punto identificados, tomense toda la libertad de preguntar, comentar, sugerir, lo que quieran, estos escritos no son nada si no los leen, así que, bienvenidos!
te enciendes en mi alma
como rayo de luna que brilla
con la muerte de una estrella.
Sí, apaga la luz,
para que mis manos te vean
quiero que mi aliento te acurruque,
y que de miedo la inocencia
se disuelva en un rincón.
No la enciendas todavía,
no hasta que exilie a mis complejos,
permite acostumbrarme a la penumbra
y al lado oscuro de tu besos.
Ahoga mis gritos en la noche
aviva mi chispa
y entonces, solo entonces,
corre las cortinas.
Y cada ves son mas escasas las caricias, las miradas…
¿A donde has ido?
Te veo, pero no estas,
Te fuiste con la luna llena,
Las olas borraron mis huellas
y me perdí a la hora de regresar,
no encuentro el lugar de donde vine,
ahí donde no hay dolor,
donde no están tus ojos tras cada ventana
y podía usar las estrellas de farol.
Te seguí y ahora estoy lejos,
de mi y de ti,
no encuentro la brújula que apunta tu paradero,
así que guardare los besos que quise darte
para lanzarlos al aire cada vez que necesites,
tal ves estas cerca y alguno cruza por tus mejillas
y así me mires en tu pasado.
Mientras tanto, seguiré sin rumbo,
acumulando lagrimas,
hasta encontrar el momento oportuno para llorarlas,
el día en que no me importe nublar mi vista con angustias
y tenga tiempo para recordar las cosas extraviadas.
Al final, seremos una masa enfurecida, que al acumular tantos desencantos causaremos una inminente explosión que nos dejara sin nada…Juegan con nuestro dinero, con nuestra educación y con nuestra vida, acaso se creen Dios?
Sombras que sólo yo veo,
me escoltan mis dos abuelos.
Lanza con punta de hueso,
tambor de cuero y madera:
mi abuelo negro.
Gorguera en el cuello ancho,
gris armadura guerrera:
mi abuelo blanco.
Pie desnudo, torso pétreo
los de mi negro;
pupilas de vidrio antártico
las de mi blanco!
Africa de selvas húmedas
y de gordos gongos sordos…
–¡Me muero!
(Dice mi abuelo negro.)
Aguaprieta de caimanes,
verdes mañanas de cocos…
–¡Me canso!
(Dice mi abuelo blanco.)
Oh velas de amargo viento,
galeón ardiendo en oro…
–¡Me muero!
(Dice mi abuelo negro.)
¡Oh costas de cuello virgen
engañadas de abalorios…!
–¡Me canso!
(Dice mi abuelo blanco.)
¡Oh puro sol repujado,
preso en el aro del trópico;
oh luna redonda y limpia
sobre el sueño de los monos!
¡Qué de barcos, qué de barcos!
¡Qué de negros, qué de negros!
¡Qué largo fulgor de cañas!
¡Qué látigo el del negrero!
Piedra de llanto y de sangre,
venas y ojos entreabiertos,
y madrugadas vacías,
y atardeceres de ingenio,
y una gran voz, fuerte voz,
despedazando el silencio.
¡Qué de barcos, qué de barcos,
qué de negros!
Sombras que sólo yo veo,
me escoltan mis dos abuelos.
Don Federico me grita
y Taita Facundo calla;
los dos en la noche sueñan
y andan, andan.
Yo los junto.
–¡Federico!
¡Facundo! Los dos se abrazan.
Los dos suspiran. Los dos
las fuertes cabezas alzan;
los dos del mismo tamaño,
bajo las estrellas altas;
los dos del mismo tamaño,
ansia negra y ansia blanca,
los dos del mismo tamaño,
gritan, sueñan, lloran, cantan.
Sueñan, lloran, cantan.
Lloran, cantan.
¡Cantan!
Nicolás Guillén
Algunas veces me pongo a pensar y de verdad las cosas están tan mal.
¿En serio mi universo es tan pequeño que puedo considerarme la persona menos afortunada del mundo?
Me quejo cuando llueve mucho, maldigo los tapones estúpidos y el ruido constante de las bocinas, y a los camiones que parecen chimeneas, y sobre todo, pierdo la paciencia cuando no tengo mas minutos en mi celular, o no tengo señal, ni cuando la plataforma del Black Berry, Twitter o Whatsapp no funcionan correctamente, o si tardan demasiado en contestarme un e-mail, si no funciona el wi-fi de la universidad. Cuando olvido mis llaves dentro del carro, no tolero que mi comida este fría, ni que se termine el azúcar; otra cosa que me saca de mis casillas es tener que esperar que me recojan en algún sitio, o no poder decidirme por cuales jeans usar, o que se descargue el inversor, y que mi casa quede lejos de todo, o que se pierda el control remoto…
Tengo una familia mas dramática de lo normal, demasiado protectora y amorosa, y mis amigos, esos que me conocen desde siempre, me obligan a hablar y me hacen llorar solo por me dicirme todo eso que no quiero oír en mi cara.
Que desafortunada soy…
«Sigamos corriendo, que el golpe avisa»
Y te vuelves azúcar entre mis labios
así de dulce
así de blanco
Besos de lluvia de mar
fríos y temperamentales
Tus manos
el lápiz dérmico que garabatea nuestra aventura.
Y te pierdes y me pierdo
en ese segundo en que más cerca estamos del cielo,
y tu faro me busca enloquecido,
tus ojos.
Imanes que aun ciegos unen los labios,
los tuyos
los míos
entonces comienzas a cantar la canción que sera el leitmotiv de mi noche,
en mi concierto personal de lamentos
y pasará rápido porque así es nuestro amor,
volátil y fugaz.
Inquietudes…
partículas curiosas que contaminan mis nervios,
cada tejido infectado hasta la última molécula,
cada insignificante átomo.
Libertad
liberal
pero no autentico.
sueños mal intencionados,
miradas crudas, sinceras,
direcciones cruzadas
palpitares que anhelan algo más…
Un secreto que no se puede contar
porque no existe.
Como odio esperar, el que espera se decepciona, y el que no lo hace se conforma…que lío.
Matar o ser comido, ser presa o cazador,
apaga la luz por un momento,
mira entre nosotros, entre la luz y la oscuridad,
entre las sombra,
como el deseo.
Te lo digo a menudo: ¿Cual es la diferencia entre la existencia y la luz que se enciende y se apaga?
Intermitente, efímera, inestable, como tu, como yo.
Repito, vete, tienes mejores cosas que hacer.
Te lo he dicho
no me digas todo lo que piensas
para que no empecemos a llorar.
Reza por mi.
Reza por ti.
Reza por esas incoherencias que reinan en esta conversación.